La cal desde tiempos antiguos es utilizada en múltiples aplicaciones en el sector de la construcción, tales como en la estabilización de suelos arcillosos donde se ejecuten obras civiles como carreteras, estacionamientos, aeropuertos, entre otros. Es muy utilizada también en la fabricación de morteros ofreciendo como beneficio mayor plasticidad y trabajabilidad, además de aportar propiedades como el aislamiento térmico, autocurado de grietas, adherencias e impermeabilidad al agua, obteniendo un trabajo más blanco, estético y duradero.