En el área de la minería, la cal es utilizada en el procesamiento de minerales como el oro, la plata y el cobre, actuando como un regulador de pH, como un fundente, escorificante y separador de impurezas.
En la industria, se utiliza en numerosos tratamientos. Un ejemplo de ello son las industrias azucareras, donde funge como un precipitador de las impurezas minerales u orgánicas y como neutralizador de la acidez natural del jugo del azúcar. En el tratamiento de aguas, la cal actúa como agente coagulante y floculante, ajustando su pH a través de la remineralización -aguas demasiado dulces- o descarbonatando -aguas excesivamente duras. En el tratamiento de aguas residuales favorece la precipitación de los metales disueltos, y en el tratamiento de los gases es el desulfurante más rentable y natural para eliminar el anhidrido sulfuroso y gases ácidos resultantes de la quema de los combustibles.